Para saberlo, la agencia espacial contrató a 24 teólogos para que analizaran la cuestión
desde la fe, para participar en un estudio del Centro de
Investigación Teológica (CTI) de la Universidad de Princeton.
El reverendo Andrew
Davison, un sacerdote británico y teólogo
de la Universidad de Cambridge, es uno de los expertos que colaboraron en el
proyecto y cuya misión
era analizar qué pasaría con las creencias del ser humano en caso de entrar en
contacto con vida extraterrestre. El proyecto, que tuvo lugar en 2016, ha sido
ahora conocido por uno de los que conformó el grupo de estudio. Durante un año,
la Universidad de Princeton se convirtió en el epicentro del impacto de la vida
extraterrestre en los pilares de las sociedades que conforman el planeta.
La NASA se toma muy en serio la
cuestión de la vida extraterrestre, su existencia en el universo y un posible
contacto con ellos en cualquier momento. El propio Director de la NASA, Bill Nelson es un firme creyente de la vida en otros planetas y de la
posibilidad de entrar en contacto con ellos.
Esta
no es la primera vez que se produce una asociación entre la agencia espacial
estadounidense y el centro teológico. El tema de la religión y los extraterrestres ocupa a la
NASA desde hace tiempo, pues ya en 2014 la agencia concedió una subvención de
1,1 millones de dólares para estudiar cuán receptivos son los creyentes de
las diferentes religiones a la investigación y el método
científico.
No es
una cuestión baladí, es "simplemente
inconcebible" pensar que la Tierra es el único planeta que alberga formas
de vida en el Universo,
"cuando hay más de 100 mil millones de estrellas en nuestra galaxia y más
de 100 mil millones de galaxias en el universo".
Mi
opinión personal es que la NASA tiene pruebas de la existencia de seres
inteligentes en otros planetas, desde hace tiempo, y que está preparando la
forma o el modo de comunicar, a no tardar demasiado, su existencia al mundo de
tal forma que no suponga “un trauma” para la sociedad, religiones, creyentes,
etc. y no produzca un caos a nivel mundial, que, de no ser así, podría traer
consecuencias impredecibles y, creo, que muy graves.
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