El planeta rojo, junto con la Tierra, son los dos únicos mundos en los que se ha detectado ese extraño movimiento, cuyo origen se desconoce.
Como si de una peonza se tratara, Marte
se tambalea mientras gira, de forma que sus polos se acercan y se
alejan constantemente de su eje de rotación. Así lo ha confirmado un
estudio recién publicado en Geophysical Research Letters en el que, sin embargo, los investigadores reconocen no tener idea del por qué.
Se
trata de la primera vez que, aparte de en la Tierra, se detecta este
curioso balanceo en un cuerpo del Sistema Solar. Conocido como "bamboleo de Chandler", se trata de un efecto que surge cuando un cuerpo en
rotación no es una esfera perfecta. El resultado es un "meneo" similar
al de una peonza que se balancea a medida que pierde velocidad. Nada que
ver, por lo tanto, con el suave giro de un globo perfectamente
equilibrado.
Los
datos obtenidos durante casi dos décadas por las numerosas sondas que
han visitado Marte revelan que, los polos del planeta, llegan a
desviarse hasta diez centímetros de su eje de rotación, en un ciclo que
se repite aproximadamente cada 207 días.
En la Tierra la oscilación es mucho más pronunciada. Los polos
de se desvían aproximadamente 9 metros del
eje de rotación terrestre, en un patrón circular que se repite cada 433
días.
Liderado por Alex Kanopliv, ingeniero aeroespacial de la NASA, el equipo de investigadores aporta con este trabajo nuevos conocimientos sobre el interior del planeta rojo.
"Por lo general -explica Konopliv- la señal del bamboleo de Chandler es muy pequeña. Se necesitan muchos años y datos de alta calidad para poder detectarla". Estudios anteriores sobre el mismo tema, en efecto, no habían conseguido llegar a conclusión alguna.
Konopliv y sus equipo pudieron confirmar ese extraño movimiento de Marte, calculando los efectos gravitacionales que el bamboleo tenía sobre las órbitas de dos naves espaciales de la NASA que se encuentran allí: la Mars Odyssey y la Mars Reconnaissance Orbiter. La enorme cantidad de datos recopilados durante 18 años, y no disponibles en estudios anteriores, dejaron claro que el motivo de la oscilación se encontraba en el interior del planeta, y no en factores externos como el derretimiento estacional de los casquetes polares.
Se cree que tanto el bamboleo de Marte como el de la Tierra deberían desaparecer con el tiempo. Algunos científicos piensan que, en el caso de nuestro planeta, esa oscilación no debería durar más de cien años, contados a partir del momento de su origen. Aunque tal movimiento debería amortiguarse naturalmente con el tiempo, en la Tierra persiste debido al fondo del océano y las fluctuaciones de la presión atmosférica.
Lo cierto es que, tanto en la Tierra como en Marte, los científicos ignoran qué es lo que puede estar causando esta misteriosa oscilación. Se ha sugerido que, por lo menos en el caso terrestre, podría tratarse de una combinación de cambios de presión en la atmósfera y en los océanos. Pero Marte carece de océanos, por lo que la causa debe, por fuerza, estar en otra parte. ¿Pero dónde? Puede que nuevas investigaciones consigan, en algún momento, arrojar luz sobre este auténtico enigma planetario.
FUENTE: https://www.abc.es/ciencia/
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